miércoles, 21 de febrero de 2007

Política exterior española del siglo XVIII

La política exterior española del siglo XVIII busca su lugar tras la decadencia del Imperio Español del siglo XVII. La paz de Utrecht no satisface a la diplomacia española pero establece un marco nuevo estable y menos pendiente de los conflictos europeos. Más que la diplomacia, por desgracia, van a ser los intereses de Isabel de Farnesio la que embarque a España en guerras de recuperación territoriales, interesada más por sus hijos que por el país.

Tras este episodio de Isabel de Farnesio, la línea fundamental va a ser la de mantener una alianza con Francia frente a Gran Bretaña, nueva potencia emergente. Este bloque con Francia se va a gestar a partir de los Pactos de Familia en 1733, renovados en diversas ocasiones (1743 y 1761),. Esta alianza llevará a tratar de defender los intereses americanos frente a Gran Bretaña en la Guerra de los Siete Años y en la Guerra de Independencia Americana. Finalmente, esta línea pro-francesa se mantendrá con Carlos IV, pasado el paréntesis revolucionario de 1789-94 y nos llevará a la Guerra de Independencia de 1808 con el levantamiento del pueblo contra el enemigo fgrancés.

1. LA GUERRA DE SUCESIÓN (1703-1714) Fin de la Guerra (1713-1716): Causas de la guerra: dinástica, política de bloques en Europa y política interna (centralismo borbónico frente neoforalismo de los austrias). --- Completar con los apuntes- TRATADO DE UTRECHT (1714). La nueva monarquía renuncia a las posesiones europeas de los Países Bajos Españoles, Milán y Cerdeña para cederla a los austriacos. Sicilia y Nápoles pasan a la familia Habsburgo. Felipe V renuncia a sus posibles derechos sobre la Corona francesa de modo que se diluye un posible peligro de unión entre España y Francia. Gran Bretaña recibe Gibraltar y Menorca y el derecho de comerciar en América (tráfico de esclavos y un “navío de permiso”). De este modo, Felipe V elimina los apoyos del Archiduque Carlos y deja sus manos libres para acabar con la Guerra sin intervenciones exteriores, sobre todo, en los territorios que se resisten todavía en España entre 1714-1716.

2. POLÍTICA ITALIANA Y AMERICANA CON FELIPE V: Los ejes de la política exterior tras la Guerra de Sucesión son dos: Recobrar Italia para la familia de Felipe V; mejorar la situación de las colonias frente a las incursiones británicas y reformar las leyes coloniales.
a. La política italiana (I) está unida a Isabel de Farnesio, segunda esposa de Felipe V, y el deseo de dar tronos italianos a sus hijos, apoyada Isabel en cardenal Alberoni desde 1718: La consecuencia fue la guerra con Austria, principal poder en Italia en ese momento; expediciones a Cerdeña y Sicilia para recuperar los territorios perdidos en Utrecht; derrota naval del Cabo Passero, Sicilia, en 1718 frente a la Cuádruple Alianza (Austria, Francia, Holanda e Inglaterra).
La segunda fase de la política italiana (II) es más diplomática y realista. Dirigida por José Patiño (1728-1746): pactos con Francia e Inglaterra en 1729. Más tarde, la persistencia de la Reina hizo que su hijo Carlos (futuro Carlos III) recibiera el Ducado de Parma en 1731.

Tras el Primer Pacto de Familia, 1733, durante la Guerra de Sucesión de Polonia, Carlos recibe el Reino de las Dos Sicilias en 1733, renunciando a Parma. Consecuencia: bancarrota de 1739 por los gastos padecidos.
Con el Segundo Pacto, 1743, implica a España en el conflicto sucesorio de Austria y Carlos consigue ser rey de Nápoles y Sicilia. En 1745, las tropas españolas entran en Milán y otro hijo de Isabel de Farnesio, Felipe, puede hacerse con una plaza italiana como Milán. Se pone fin así a la política italiana de Felipe V.

b.La política americana fue un trabajo que comienza con las obligaciones tras Utrecht, 1713, sobre el comercio de América y las cesiones a los ingleses. Se ponen las bases de la liberalización y la reconstrucción de la flota con José Patiño. Cádiz pasa a tener el monopolio de comercio con América al ofrecer más posibilidades comerciales frente a Sevilla (1717).
En tiempos de José Patiño como secretario de Estado: compañías comerciales (Real Compañía Guipuzcoana, 1728; Real Compañía de Comercio de Barcelona; Compañía de La Habana y San Fernando) y arsenales navales El Ferrol y Cartagena (1726).
El principal problema seguía siendo la competencia de holandeses y británicos con sus manufacturas, a pesar de control en Cádiz. De ahí la importancia de las manufacturas reales y impulso con los borbones.
La Guerra de la Oreja de Jenkin (1739-43) enfrentó a británicos y españoles por disputas comerciales. Los británicos saquearon Porto Bello (Caribe) aunque finalmente la flota española derrotó al Almirante E. Vernon en Cartagena.


3. POLÍTICA DE FERNANDO VI, 1746-1759: Neutralidad
Fernando VI: rey estaba preocupado con la recuperación de España más que con la extensión de España en Europa. Esperó recuperar Gibraltar en la paz general tras la Guerra de Sucesión Austriaca pero la aproximación de Francia y Gran Bretaña en el Tratado de Aix-la-Chapelle (1748) reforzó su posición en Italia al nombrar a su hermano Felipe, Duque de Parma, Piacenza y Guastalla.
Para Fernando VI, la tendencia atlántica era primordial apoyada en sus ministros, Ensenada y José de Carvajal. Se trataba de cuidar las relaciones comerciales con América en contra de británicos y holandeses.
Durante su reinado, se busca una creciente neutralidad europea, sobre todo con Ricardo Wall como secretario de Estado.
Continúa la política reformadora e introduce la figura del intendente en 1749. La reforma extiende los jardines botánicos, los observatorios y, sobre todo, la flota. En 1775, España contaba con 122 barcos de guerra y 200 para final de siglo. Ante el rearme hispano, Inglaterra tratará de ahondar las disensiones y promoverá la caída en desgracia de Ensenada por su reforma fiscal.

4. EL REINADO DE CARLOS III, 1759-88: de la neutralidad a la alianza con Francia

Antes de 1761, Carlos III trata de mantener el equilibrio ante Francia y Gran Bretaña en disputa por la colonias. Esto perjudicó a Francia que finalmente arrastró a España en la Guerra de los Siete años por el nuevo pacto de familia de 1761.
Política exterior francófila se establece parar la influencia comercial británica, saldada con la derrota hispano-francesa tras la Guerra de los Siete Años (1756-1763): conflicto que enfrenta en el continente a Prusia con Austria y en las colonias –América del Norte e India- a Gran Bretaña contra Francia, uniéndose a Austria y Francia, España, Rusia, Suecia y Sajonia.
El resultado es la victoria de Prusia y Gran Bretaña por el tratado de París. Inglaterra obtiene de España la Florida, las colonias al este y sureste del Misisipi y Menorca. España obtiene de Inglaterra la devolución de Cuba y Filipinas y de Francia la Luisiana. Portugal obtiene de España la devolución de la Colonia del Sacramento –en Uruguay-. El fracaso militar español dejará a España y Francia asociadas para tratar de frenar a Inglaterra. Esto llevará a España y Francia a participar en la Guerra de Independencia de las Trece Colonias, desde 1775 y en los beneficios del tratado de Versalles de 1783: recuperación de Sacramento, Florida y Menorca. Carlos III no reconoce a los EE.UU. por el peligro de independencia de las colonias españolas.
La administración colonial mejoró con Carlos III por la racionalización de la administración (nuevo virreinato de la Plata) y la introducción de intendentes, también en las colonias. Además, desde 1778 se acababa con el monopolio de Cádiz y se abría el comercio de otros puertos a América.
Cada vez más, los criollos tienen más fuerza dentro de las colonias y sufren tensiones ante las políticas centralizadas de la metrópoli.





Steve

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